lunes, 31 de diciembre de 2012

EJERCICIO POETICO


EJERCICIO POETICO.

Dos cuerpos frente a frente


Dos cuerpos frente a frente
en la oscuridad de la noche ,
miden sus fuerzas,
vencen las resistencias,
bailan esta danza primitiva
y salvaje,espasmo sexual.
Dos almas frente a frente
en la hostilidad de la noche,
aprenden a quererse
y se entregan a esta lucha
incomprensible que se llama amor.

Te amo tanto que…


Te amo tanto que cada día te invento.
Te amo tanto que me despierto y me duermo con tu nombre .
Te amo tanto que al cerrar mis ojos te veo,
al tapar mis oídos escucho tu voz.
Te amo tanto que te busco en todas partes
y te encuentro en todos los hombres parecidos a ti.
Te amo  tanto que te llevo siempre conmigo,
tú,espía de mis pensamientos,
continua evidencia de mi vida.

No me deja dormir el ruido


No me deja dormir el ruido
que hacen las campanas a lo lejos ,
aquellas madrugadas festivas
del insomnio voluntario y piadoso,
a la espera de rituales heroicos y gloriosos.

Gracias aroma


Gracias aroma
de la primavera,
de la tierra
que se viste de verde,
de la vida
que florece,
del amor
que nace en silencio,
sin esperar a más ni más.
STELLA,29-12-2012

martes, 20 de noviembre de 2012

El árbol de la vida


El árbol de la vida


Con ilusión
con regocijo oculto
con ansiedad y con temor
con humildad y asombro,
ante el misterio tremendo
que es la vida,
espero
a mi primer nieto




Tina Dugalí                                             Atenas, el 12 de noviembre 2012











viernes, 16 de noviembre de 2012

Estos instantes que hieren…


Estos instantes que hieren…
“al oír lo que decían, sintió que se le traspasaba el alma”, Pío Baroja El árbol de la ciencia.
Ya no me bastan las palabras.
He aprendido
a conformarme con mis dudas,
no necesito explicaciones, respuestas,
sólo vacilaciones y preguntas
para estar vivo,
para sentir este dolor de vivir.
Cada instante vivo la muerte,
cada instante cruel y absurdo
se convierte en mi arma
contra el vacío de existir.
15-11-2012
STELLA.

El hombre.


El hombre.                                                      
                                   “mi vida es una especie de suicidio continuo…”M .Unamuno.
Fugaz idea de sí mismo tiene,
como el aire que respira cada instante,
en su entorno nada es lo que entiende,
igual a un niño en confusión agonizante.
Cada día se pregunta ¿Qué es la vida?
una lucha, una angustia, una marea
sin sentido verdadero son sus acciones                                                                                                                                   
semejante a un payaso actuando su tarea.
Sus años pasan sin descanso infernales
sus dudas aumentan su delirio
no tiene más fuerzas,ni resistencias
ni llora, ni lamenta su martirio.
STELLA,18-10-2012.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Pensamientos sobre el personaje de “la tia Tula”

       Pensamientos sobre el personaje de la tía Tula”
        (Comentando el punto de vista de la novela de Unamuno,
        en  comparación con él de la pelicula de Picazo)

Después de haber visto la película de Picazo y leído la novela de Unamuno, junto con varios  artículos sobre las dos obras, me encuentro intrigada por el personaje de la heroína. Me interesa en particular cómo los dos artistas que vivieron en épocas distintas ven, comprenden y juzgan a esta misma persona, o sea a la “tía Tula”, de maneras  tan diferentes. 
Digo la misma persona, porque para mí está claro que, en lo esencial, la Tula de la novela y la Tula de la película tienen personalidades idénticas, en efecto una sola personalidad, a pesar de que la vida de la primera trascurre unos cincuenta años antes de la de la segunda. Esta personalidad queda analizada con más detalles en la novela, donde se nos ofrecen las claves para comprenderla mejor. Por eso sería útil que contempláramos  sus rasgos principales, empezando por los datos que se nos dan sobre Tula en esta.

Unamuno nos cuenta que Tula creció venerada por parte de su familia; o sea por su hermana, la hermosa y débil Rosa, para la cual Tula cumplía el doble papel de la hermana mayor y de la madre protectora,  y por su tío, don Primitivo, un cura sencillo y algo simplón −como el nombre que Unamuno eligió para él nos deja adivinar−,  quien había criado a las dos hermanas, después de que se quedaran huérfanas, tras la temprana muerte de sus padres. Este último, en particular, veía en su sobrina −una niña lista y demasiado seria− la continuación de su propia hermana y de su propia madre, madre y abuela, respectivamente, de la misma Tula. Aquellas dos mujeres encarnaban para el buen cura el ideal católico de la madre-virgen, o sea de la mujer materna y dadivosa, cuya pureza angelical no se ha manchado por “el pecado”.
Hagamos aquí un paréntesis para decir que “el pecado” no es otra cosa que el sexo. El hecho de que en la vida real las madres no pueden −digamos por definición − ser  también vírgenes,  poca importancia tenía para el tío de Tula y para todos que, como él,  adoctrinados por la iglesia católica, consideraban el sexo como el origen de todo mal, como  algo sucio y bajo, que sólo se puede justificar si tiene como meta la procreación. El concepto de la maternidad puramente espiritual, “encarnado” (desde el punto de vista católico) por la Virgen-Madre de Dios, así como la convicción de que el deseo sexual no es nada más que un impulso bestial, el cual los seres humanos decentes deben contener, se había inculcado también a Tula, para quien la castidad, la pureza, la virginidad, eran valores sublimes.
Creciendo en este ambiente y con el refuerzo positivo de su familia, Tula va creándose un alto concepto de sus cualidades y capacidades, elaborando al mismo tiempo un sistema de valores y principios extremadamente rígido. Así que asume, desde una edad temprana, la responsabilidad de proteger a sus familiares ya adultos, no dudando de tomar decisiones sobre el futuro de ellos, de dictarles cómo deben actuar, puesto que está convencida de que ella −como una madre cariñosa y sabia− sabe mejor lo que es bueno para ellos, lo que más les conviene. Cabe subrayar aquí que Tula, aunque se siente dispuesta y capaz para ser la madre de todos, no logra sentirse hija de nadie. En efecto, creyéndose superior a todos, ha llegado a pensar que no hay en el mundo otro ser humano que sea capaz de aconsejarla y de guiarla a ella. Así que su soberbia la condena a la soledad.
Por su personalidad y por su modo de vivir en conformidad con los valores y los principios que se dan en su entorno, Tula goza de una posición muy elevada en el ambiente social de la ciudad provincial en la que vive. Todo el mundo la respeta, considerándola como una mujer sabia, de gran dignidad y de moralidad impecable, en breve como una mujer ejemplar. Hay que añadir que Tula es además independiente, en cuanto se refiere a su situación económica, y esto es esencial para que ella pueda elegir por sí misma el curso de su vida y también para mejor desempeñar lo que considera su misión en vida: Ser madre. Sin embargo independiente, sin calificación, no lo es de ninguna manera, aunque ella lo crea, ya que en realidad depende, y de una manera absoluta, no tanto de la opinión de los demás , como de sus propios principios y de las normas que ella misma se ha impuesto. 
La personalidad de Tula, combinada por un lado con su posición social y por otro con su independencia económica, hace que ella no sienta la necesidad de casarse, al contrario de lo que sucede con las otras mujeres de su entorno (para las cuales el matrimonio suponía la única salida en la vida, aparte de meterse a monjas, o de ponerse a servir en las casas de sus hermanos).  Tula no necesita el matrimonio, ni para conseguir su mantenimiento físico, ni para alcanzar respetabilidad. Esta la tiene ya, y por sus propios méritos, y aquel está también asegurado. Tula sólo se casaría con un hombre digno de ella, a quien ella misma hubiera elegido; un hombre que la hubiera querido a ella, por ser ella como era, con sus principios y sus valores, y no para solucionar con el matrimonio cualquiera de sus problemas, ya fuesen estos sociales, económicos, sexuales, o tan sólo prácticos. Tula no quiere casarse para convertirse en el remedio para la concupiscencia masculina ni tampoco para ser el ama de casa de su marido, ni siquiera sólo para ser madre, o convertirse en madrastra para los hijos que tenga él,  y eso que su instinto maternal es muy fuerte.
Antes de casarse sin que los requisitos que ella ha puesto se cumplan, prefiere la soltería. Sin embargo, quiere tener hijos. Con su naturaleza maternal, sí que le cuesta el no tenerlos. Por eso de buena gana se convierte en la segunda madre para los hijos de su hermana y de su cuñado, desde el momento mismo en que ellos nacen, animando a la madre verdadera, la siempre obediente Rosa,  que se los deje a su cuidado,  así que  ella se dedique plenamente al marido. 
Es pues natural que, tras la muerte de Rosa, Tula decida no sólo hacerse cargo de sus sobrinos, que siendo muy pequeños la necesitan, sino de convertirse en la madre de ellos, disfrutando de todas las alegrías de la maternidad y también aceptando las penas y los sacrificios correspondientes a la condición de ser madre. (Todos, con la excepción, eso sí, de parir y ¡por supuesto! de concebir a los niños ella misma). Quiere más que nada ser madre verdadera para  sus sobrinos, sin embargo se niega con vehemencia a ser la esposa de su padre,  es decir de su cuñado Ramiro −quién se lo propone−, resistiéndose a la idea hasta el final, con una obstinación insuperable. Y eso que quiere a Ramiro, como él la quiere también a ella  y  siempre la ha querido. 
¿Cual es la razón del comportamiento de Tula? Es cierto que decidió no casarse con su pretendiente −o con cualquier otro hombre−,  por la razón de que quiere permanecer para siempre junto a sus sobrinos,  siendo la madre de ellos. Ya tiene familia, como ella misma asegura en la carta que envia a su pretendiente, y además está dichosa en esta situación.  Pero, ¿por qué no quiere casarse ni con Ramiro, quien, al fin y al cabo es el mismísimo padre de “sus”  hijos?  ¿Qué se lo impide?  ¿Sería el respeto a la memoria de Rosa, su hermana muerta? Quizás esto podría explicar su primera reacción al principio, tras la propoposición inicial de Ramiro. Pero, después de haber comprobado que Ramiro no sólo insiste en su propuesta, sino que, en su desesperación (al comprobar que Tula está decidida de rechazarlo), llega hasta el punto de intentar violarla, Tula podría ver las cosas de manera diferente. En efecto podría comprender que vale más hacer soportable la vida de los vivos,  que “respetar la memoria” de alguien que ya se ha muerto. El hecho de que su mismo confesor trata de persuadirla de que la mejor solución para todos sería que se casara con Ramiro, podría amainar sus escrúpulos y acabar por convencerla. Pero, esto no ocurre. Tula, segura del valor moral de su decisión, sigue negando a sí misma y a Ramiro la felicidad que podrían tener juntos como pareja. ¿Por qué?
Unamuno nos ofrece varias  explicaciones por el comportamiento de Tula:
La primera es que Tula no cree que su hermana −quién en efecto le había pedido, en su lecho de muerte, que se casara con Ramiro− lo pudiera haber querido esto, de verdad. Tula cree que lo que su hermana quisiera, lo que ella misma hubiera querido en su posición, sería que Ramiro no volviera a casarse, sino que formara con Tula una pareja de padre y madre, no de marido y mujer, viviendo juntos en castidad. Tula está convencida de que Rosa deseaba que ella se convirtiera en madre para sus hijos,  pero que no le gustaría que otra mujer se convirtiera en la esposa del hombre que  había querido tanto.
La segunda explicación que Unamuno nos ofrece es que Tula tiene miedo de que casándose con Ramiro, podría tener hijos propios, cosa que, si ocurriera, teme que la convertiría  en  madrastra para los otros hijos de Ramiro, por  mucho que quisiera evitarlo. Porque Tula siente que el amor que sentiría hacia sus hijos carnales, como los llama, debilitaría su amor hacia  los hijos que su marido había tenido con otra mujer, aunque esa fuese su propia hermana.
Si estas explicaciones son lógicas, y hasta nobles, Unamuno nos da también otra razón para explicar la postura de Tula, la cual claramente no lo es. Y parece que es precisamente esta razón ilógica la  que más pesa para Tula, en el momento de decidir.
Pues Unamuno nos cuenta que Tula desea criar a sus hijos en un ambiente de castidad y pureza.  Quiere que Ramiro pruebe su amor por ella, con respetar su decisión de permanecer pura y casta, conteniendo sus impulsos bestiales. Porque, en la manera de pensar de Tula, el único que podría justificar −y hasta santificar− el matrimonio (o sea el acto sexual), sería el deseo y la intención de engendrar hijos. Si estos hijos  han nacido ya,  ¿por qué tiene ella que sacrificar su virginidad? Ama a Ramiro, y por esto quiere que él también permanezca casto y decente, verdaderamente digno de ella.
 Parece que Unamuno acepta como válido este último razonamiento de Tula, el cual hoy en día suena totalmente absurdo. Parece que él también crea, como su Tula, que el impulso sexual es básicamente sucio, bajo y bestial, y que los seres humanos más dignos de así llamarse, deberían contenerlo. Además parece que Unamuno piensa en efecto que las mujeres, con la excepción de algunas perversas −aquellas “malas mujeres”−,  no tienen en realidad impulsos sexuales, y cuando acceden a tener relaciones carnales, lo hacen a regañadientes y sólo para tener hijos o para complacer a sus maridos. Por fin parece que Unamuno da por alto el valor de la virginidad, considerándola como un estado venerable. En todo caso, aunque Unamuno no comparta de manera rígida estas ideas de su heroína (en algunos pasajes de la novela se puede percibir una sutil ironía cuando se habla de la aversión  que Tula siente para las cosas que no son perfectamente limpias, aunque sean naturales), es cierto que simpatiza con ella y que además la admira. Sobre todo admira su resolución de reivindicar su derecho de decidir por ella misma cómo quiere vivir, de no acceder a participar en algo que ella considera sucio y bestial, de conservar su “pureza” virginal, a pesar de que los hombres de su entorno, incluido su propio confesor, la presionan para actuar como ellos piensan adecuado. Unamuno admira en Tula la mujer dadivosa y maternal que tambien es fuerte, la mujer que tiene una estatura moral superior a la de los hombres de su entorno. El mismo Unamuno en la introducción de su novela, compara a su Tula con Antígona, quien para defender valores más altos que la ley humana  (o sea la ley de los dioses) no duda en sacrificar su propia vida. ¿Es quizás ley de Dios el mantener la virginidad a todo costa? Parece que Unamuno también lo cree.
Para reivindicar a su Tula, Unamuno se empeña en hacer de su vida un éxito. Efectivamente la Tula de la novela vive lo bastante para criar a "sus" hijos hasta que lleguen a la edad adulta, y muere adorada y venerada por ellos, dejando atrás a una de sus “hijas”, Manolita, la menor, como hereredera de su leyenda. ¡Qué importa, si para conseguir esto,  para permitir  que Tula disfrute plenamente de su maternidad forzada y postiza, Unamuno tenga que “matar”, en su novela, muy pronto al pobre de Ramiro y a su nueva esposa también! 

Ahora bien Picazo, quien crea su propia Tula unos cincuenta años más tarde que Unamuno, no es tan caritativo con ella. Porque él ya sabe que el sexo, que tanto está aterrorizando a Tula, es algo natural  para los seres humanos, como lo es para los animales;  que el impulso sexual es fuerte, tanto para los hombres como para las mujeres, y que los esfuerzos que a lo largo de los siglos ha costado a hombres y a mujeres el tratar de contenerlo de manera absoluta −por razones religiosas, o otras igualmente absurdas−,  se han probado vanos  y destinados a fracasar, de una manera u otra.  Pues su Tula, aun teniendo las mismas ideas, la misma personalidad y la misma actitud con la Tula de Unamuno,  nos deja ver  −a través de  movimientos fugazes, expresiones faciales momentáneas, incluso a través de los silencios desconcertantes y embarazosos entre Tula y Ramiro, cuando los dos están cerca el uno al  otro sin tener algo concreto que hacer− que al fin y al cabo el sexo no la deja indiferente, aunque esto lo está escondiendo de todos, incluso de sí misma.
Que esto es efectivamente el caso nos lo demuestra, de modo muy expresivo, la reacción de Tula cuando se da cuenta de que Ramiro ha dejado embarazada a otra. Pues, en la película, esta nueva supone para ella un golpe terrible. Fuera de sí en rabia, se pone a llorar enfurecida, acusando a Ramiro de que nunca la había querido, ni a ella ni a su hermana. Tanto furor tiene sólo una explicación: es la ira incontenible de una mujer enamorada, que ha sido engañada. La misma escena en la novela se desarrolla de un modo completamente diferente. Cuanto Tula se da cuenta de la situación (por un Ramiro confuso y desesperado) ella misma, manteniendo su calma y el dominio absoluto de sus sentimientos, exige a él que se case inmediatamente con la pobre muchacha de la que había abusado. (En la novela no es la prima adolescente de Tula, sino una criadita huérfana). Tula le habla así:“Pero no te aflijas así, Ramiro, que la cosa tiene fácil remedio...” (o sea el matrimonio). ¿Es esta una reacción natural? ¿Puede convencer al lector de hoy día? A mí me parece que no. Me parece que Unamuno ve a su heroína con la mirada de un idealista, mientras que Picazo (que por vivir en una época diferente, está en posición de saber mejor la naturaleza humana, y esa de la mujer en especial) nos deja ver cómo la fachada de equilibrio, que Tula había construido con tanto empeño, se quiebra y se derrumba a la hora de la crisis. 
Así pues la Tula de Picazo se queda sola, al final. Este es el castigo por su obstinación en desafíar a la naturaleza, permaneciendo fiel a unos valores y unos principios vacíos y absurdos. La familia ideal que tanto había querido formar, no pudo durarle mucho. ¡La pobre de Tula!  Puede que ella diera por muy altos sus principios y sus valores, su rigidez absoluta en defenderlos; sin embargo lo que es en realidad es un ser patético, que da lástima.  Por no ser capaz de superar sus prejuicios y sus ilusiones, por no poder aceptar el mundo tal como es y no tal como sus ideas fijas le dictan que debería de ser,  se hace la víctima de sus creencias falsas, y de sus propias fantasías.
 Hay también otra razón porque Picazo, en su película, no muestra compasión por Tula, aunque reconoce sus buenas intenciones y su disposición para sacrificarse. No olvidemos que su Tula vive unos cincuenta años después que la Tula de Unamuno. En estas cinco décadas el mundo había cambiado mucho: después de dos guerras mundiales, las mujeres europeas habían ya conseguido más derechos, tenían más oportunidades para educarse, para trabajar fuera de casa, para desarrollar su personalidad y, por consiguiente, para independizarse de verdad. Sin embargo, en la ciudad provinciana donde vive Tula, en  plena dictadura franquista,  parece que el tiempo se ha parado. Picazo está enfadado con su Tula y con todas las Tulas de su tiempo, mujeres y también hombres, quienes permanecen obstinadamente adheridas a unos principios que no tienen sentido, a un conservadurismo absoluto, a un oscurantismo tan detonante con su época.  Su “Tia Tula” tiene también esta dimensión de denuncia, contra la  parte más reaccionaria de la sociedad española de su tiempo.



Tina Dugalí                                                                                                           Diciembre de 2009





miércoles, 27 de junio de 2012

ALGO HACE LLOVER EN ATENAS


ALGO HACE  LLOVER EN ATENAS.
                                                                              A modo de despedida.

Conocimos a nuestro jefe de estudios,el poeta Juan Vicente Piqueras,en la primavera de 2008,una tarde en que vino a nuestra clase de literatura para introducirnos en el panorama poético español. Nuestra profesora,María José Martínez nos había pedido que aprendiéramos de memoria uno de sus poemas,el poema “Víspera de quedarse”,para celebrar la ocasión.Me acuerdo de mi recitación emocionante y de la alegría de nuestro jefe.El poema me había maravillado pero sobre todo la capacidad de su creador de describir y nombrar el viaje de la vida con palabras tan simples y hermosas ,hecho que me hizo entender que aquel profesor era un gran poeta.Asistí a todos sus cursos de civilización y de poesía los años que siguieron con mucho entusiasmo.Ahora en la hora de su despedida quisiera darle las gracias por todo,por las inolvidables horas de poesía ,por habernos enseñado que la vocación literaria es una dedicación exclusiva y excluyente,que la poesía es una prioridad ante la vida,que nos revela nuestra propia cara,que será siempre como el mar entre nosotros.Su ausencia  el próximo otoño me hace pensar en el relato que últimamente leí,”Lorca hace llover en la Habana”de Guillermo Cabrera Infante,donde Lorca se despide de sus amigos en el hotel  Inglaterra y  de pronto empieza a llover  de veras en toda la Habana.Sólo Lorca vio la lluvia,sólo él se quedó respetuosamente silencioso ante la lluvia”y todas las cataratas de los cielos fueron abiertas,y el hotel se hizo un arca y Lorca fue Noé”.Ante la despedida de mi profesor no puedo evitar  sentir  una tristeza inefable que igual a la lluvia sin tregua ,caerá sobre el Instituto, nuestro arca sin Noé.De nuevo todo estará preparado ,en serio ,en vano.
STELLA,26-6-2012.

lunes, 28 de mayo de 2012

Almendro


“No sé bien qué pensar de esta parábola”(Almendro mío de Aldea de J.V.Piqueras)

Cada febrero mi padre en el día de su santo llevaba a nuestra casa ramas de almendro florido.En el vaso de cristal, frente al gran espejo del comedor ,estas flores color de rosa suave sin aroma y sin hojas, me maravillaban con sus espejismos por ninguna razón específica.Con el paso de los años aprendí lo que significaba el almendro en la mitología griega:la flor de la esperanza y de la victoria del amor a la muerte.El mito decía que una bella princesa llamada Filis,desesperada por la marcha de su marido Demofonte,hijo del rey Teseo de Atenas,se suicidó colgándose de un árbol seco . Los dioses, ante el sufrimiento y los remordimientos de Demofonte que había regresado a su hogar desierto,como indicio de compasión por el arrepentido esposo,convirtieron el tronco árido y desabrigado en el almendro que florece en pleno invierno.Su fruto dulce es a veces amargo como el amor y la vida.Tuvo que pasar muchísimo tiempo para que yoentendiera lo que verdaderamente significaba el almendro para mí.El matrimonio con sus altibajos,los hijos que crecieron ypronto se irán ,la pérdida de seres queridos,el hogar que se queda desierto,añoranzas y ambiciones muertas,este aspecto oscuro de mi vida, todo lo ha cambiado mi amor por la literatura que vuelve como la aurora y el ocaso ,cada día,convirtiendo todas mis tristezas en una  música,un símbolo,mi almendro florido sin influir en el ultraje de los años .
STELLA,27-5-2012.

sábado, 26 de mayo de 2012

Algo muy grave...

        Algo muy grave va a sucederle a este país...
La frase del título expresa, en mi opinión, un miedo muy real para el futuro inmediato de Grecia, y por desgracia no tiene nada que ver con un presentimiento absurdo. En cambio es una conclusión lógica, que se basa en la realidad concreta que hoy día afronta nuestro país.
Todos nos damos cuenta de que Grecia se encuentra ahora muy cerca de la bancarrota, mientras que las condiciones de la vida cotidiana de los ciudadanos van empeorándose cada día más. El paro es un problema clave, lo que es la causa de que un alto porcentaje de familias vivan hoy bajo el nivel de la pobreza. Muchos de los que todavía tienen trabajo ven sus ingresos radicalmente reducidos, a causa de los recortes efectuados en los sueldos, por un lado,  y del aumento de los impuestos de toda índole, por el otro. Los jóvenes del país ven que no hay un futuro para ellos aquí y muchos, entre los más cualificados, deciden emigrar, con la esperanza de encontrar más oportunidades fuera del país. El mercado está muriendo, a causa del descenso abrupto en el consumo, que a su vez se debe a la disminución de ingresos en los presupuestos familiares. Negocios tienen que cerrar definitivamente, despidiendo a sus empleados que no habían sido despedidos antes, y todos ─o casi todos─ están sufriendo una caída, más o menos sustancial, en el nivel de vida al que estaban acostumbrados. Por otro lado el sector público, que hasta ahora ha desempeñado un papel muy importante en el día a día de los ciudadanos, está funcionando a duras penas, encontrándose en un estado de estabilidad extremamente precaria: los hospitales, las escuelas, los servicios públicos relacionados con la salud y la seguridad de los ciudadanos se ven afectados cada día más, mientras que la amenaza de que el sistema sufra un colapso general, de un día a otro, es muy presente y real. A causa de esta situación, son pocos los que no están experimentando una incertitumbre tan depresiva, que ha convertido al país  en un lugar donde la sonrisa se ha eclipsado y donde todos están enfadados y malhumorados, buscando enemigos y culpables entre todos.
El pueblo está indignado ─y con mucha razón─. Pero la indignación, por muy justificada que esté, no es un estado anímico que permita pensar, para intentar encontrar la salida menos penosa y para afrontar los problemas de una manera racional. Los dos partidos políticos que alternándose en el poder han gobernado el país durante los cuarenta últimos años, reciben ahora ─y para nada injustamente─ gran parte de la ira de la población. En especial el partido que tuvo la mala suerte de encontrarse en el poder cuando estalló la crisis, ha sufrido una caída vertiginosa en su porcentaje electoral, mientras que tampoco el otro se vio a salvo del furor popular.
Sin embargo, la crisis a la que Grecia se enfrenta hoy se debe, en mi opinión, a problemas estructurales de su economía, que datan del fin de la segunda guerra mundial, si no de aún más lejos en el pasado. Seguro que la mala administración, por parte de los gobiernos de los últimos años, tiene una parte considerable de la responsabilidad, esencialmente porque estos gobiernos no quisieron ver lo que se nos venía encima, para tomar las medidas necesarias para evitar la catástrofe, sin pensar en el llamado "coste político". Por otro lado la corrupción, que ha tomado dimensiones enormes y que se ha infiltrado en todos los sectores de la vida pública de este país, tiene tanbién parte de la responsabilidad. Pero, lo más importante, para mí, es que Grecia, desde hace mucho tiempo ya, ha dejado de producir. Es por eso que no tiene ninguna autosuficiencia, en cuanto se refiere a los bienes que son esenciales para la supervivencia  misma de su población. En efecto, su economía se basa, casi en exclusiva, en el sector de los servicios ─el turismo, principalmente─, mientras que los préstamos, que están aumentando la deuda internacional del país, forman el combustible principal de una  economía basada en el consumo. No es que los griegos sean vagos, o que no quieran trabajar. Es que su duro trabajo no es productivo. Por mucho que esto nos duela, es la verdad que todos sabemos. No nos gusta que la señora Merkel, o el señor Schäuble nos den lecciones, sin embargo es cierto que el país tiene sus propias  responsabilidades para la crisis en la que se encuentra hoy. Igualmente es verdad que otra parte de la responsabilidad la tiene la crisis bancaria internacional y la crisis monetaria del euro, pero todos en el fondo sabemos que Grecia ─por culpa de sus gobiernos, pero también por culpa del pueblo que mientras que el dinero prestado garantizaba la prosperidad, votaba con entusiasmo para que estos gobiernos se formaran─ se ha dejado convertirse en un país propenso a verse afectado por cada fluctuación de la economía internacional. Es por eso que ahora Grecia es el eslabón mas débil  de la economía europea.
Es un hecho indiscutible que un gran porcentaje de los griegos están echando la culpa de la situación en la que nos encontramos hoy al maldito Memorándum ─­el “Mnimonio” ese de los mil demonios─, o sea al paquete de medidas que han impuesto al país los que le han prestado dinero. Un dinero que, sin embargo, Grecia necesitaba absolutamente, para salvarse de la bancarrota inminente y para poder cumplir con sus funciones más elementales. En contra de lo que cree  la mayoría de mis compatriotas, en mi humilde opinión el Memorándum no ha sido la causa del presente deterioro de la economía griega, sino su efecto. El deterioro ─ya lo he dicho─ se debe para mí a los defectos estructurales de la economía griega, defectos que los que nos han gobernado todos estos años, no pudieron ─o no quisieron─  corregir en su momento . Es cierto que la eficacia de cada una de las medidas que contiene el “Mnimonio” ─entre las cuales hay, de todos modos, algunas que podrían ser beneficiosas, si se implementaran─  se puede  discutir. Sin embargo, para mí está claro que, por el momento, el país no tiene gran poder para negociar mejores condiciones bajo las cuales le prestan el dinero tan necesitado. Hay un refrán inglés que dice que “los mendigos no pueden exigir”, pero reconozco que llamar “mendigo” a  un país tan orgulloso como Grecia, podría herir muchas sensibilidades...
De totod modos, creo yo, la cuestión que ahora debe importarnos más, no es tanto cómo nos vamos a vengar de los que juzgamos responsables para la situación de hoy (dependiento de las ideas y afiliaciones políticas que tiene cada uno de nosotros). Tampoco es lo más importante darles a los culpables el castigo que, sin duda, merecen. Lo que se necesita más urgentemente de nuestra parte, es encontrar la salida menos penosa de esta situación tan grave. Lo esencial es ganar tiempo, para poder corregir lo que no está bien. En un artículo que he leído recientemente en "El Pais", Timothy Garton, un catedrático de la Universidad de Oxford, resume muy bien la situación dolorosa en la que los votantes griegos nos encontramos ahora, diciendo que las únicas alternativas para Grecia en estos momentos son malas, peores o pésimas. Tenemos el deber de elegir la que es la menos mala,  aunque esto se haga con mucho asco....
Para mí lo que de todos modos tenemos que evitar, es salir de la Unión Europea.
No tanto por razones económicas, que sin duda son importantísimas, sino por razones principalmente políticas. Los más jovenes, los que no han conocido a flor de piel lo que fue la dictadura que este país padeció, avanzado ya el siglo pasado, no pueden apreciar los méritos de la democracia de la que ahora gozamos. Así que con gran ingenuidad ─para mí alarmante─ afirman que lo que hoy vivimos en este país en es en efecto una dictadura. ¡No lo es! La libertad de la expresión, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, y entre personas de creencias, colores y nacionalidades diferentes, no es algo de lo que uno puede pasar. Al contrario, es algo inmensamente valioso, algo logrado después de años, décadas ─siglos aún─ de esfuerzo humano. Por mucho que Europa nos parezca hoy deshumanizada y preocupada sólo por cuestiones económicas, bancarias y fiscales, la verdad  es que aun es un oasis de libertad y de respeto a los derechos humanos básicos, en el mundo de hoy. Cierto que hay mucha desgracia y mucho dolor humano también en Europa. Sin embargo nadie se atrevería a decir que la situación de Europa, en este respecto, puede compararse con la de otras partes del mundo...
El respeto a los derechos democráticos de los que hoy gozamos, es en efecto algo del que no podemos ─¡y no debemos!─ prescindir. Tampoco podemos prescindir de la seguridad que supone para nuestro país ─que no es grande, ni poderoso─ el hecho de pertenecer en una familia de naciones que no pueda ser militarmente agredida, sin gran riesgo. La situación económica, más pronto o más tarde, va a cambiar en Europa, simplemente porque las cosas no pueden continuar así y además porque está en el interés común que las cosas cambien. Los pueblos europeos se van a dar cuenta de eso ─ya vemos las primeras señales─ y si la democracia aún persiste, elegirán gobiernos que van a seguir caminos diferentes. Lo que ahora debemos hacer nosotros es permanacer a toda costa dentro de la familia europea y no arriesgar, bajo cualquier pretexto, un éxodo heroico, como aquellos de los que está llena nuestra historia.
Si no, mucho me temo que algo muy grave va a sucederle, en efecto, a este país...

                                                      
 Tina Dugalí                                                                                               Atenas,  24 de mayo 2012


(Texto escrito para le tarea de clase con el tema: "Algo muy grave va a succeder...")

jueves, 24 de mayo de 2012

ALGO GRAVE VA A SUCEDER EN NUESTRO PLANETA


Algo grave va a suceder en nuestro planeta…

La noticia de la NASA fue terrible.Nos advertía de un apagón mundial,un caos total sobre la tierra con consecuencias inevitables:el paso de la era del átomo a la era del fotón,la nueva era que generaría la evolución de todas las  especies.¡En el año 2018,viviríamos en la tercera y la quinta dimensión!Además, el informe confirmaba la profecía de los mayas y de la Virgen de Fátima en lo que concierne al fin del mundo.Pero sobre todo, fue su epílogo lo que me llamó la atención,”cuando existe el conocimiento,no existen los milagros,la suerte,las coincidencias ,el azar ya que todo tiene una explicación.¡Qué arrogancia!Hay tantas cosas en nuestra viva sin explicar,cosas cotidianas,humildes ,sin importancia ,universales,pero para nosotros son tan reales como el sol que sube al cielo cada mañana.Nuestras experiencias del amor,de la creatividad,del trabajo,de nuestros sentimientos,ambiciones,esperanzas,todo lo que se repite sin cesar y nos da esta sensación de vértigo diario y forma parte de nuestra existencia,todo esto es grave y sucederá sin pronósticos ,sin determinadas respuestas porque así es la vida,como el tiempo ,no se detiene ,posee esta realidad mágica que no se somete a la voluntad de la ciencia.
STELLA,22-5-2012.

martes, 22 de mayo de 2012

Semejante al arco iris


(1885)
María está contemplando el traje de novia colgado en la pared. Pronto sus amigas vendrán para vestirla. Es un traje muy bonito, todo hecho de seda y terciopelo, lleno de bordados multicolores, con encajes finos en el cuello y en las mangas. Es el mismo traje que llevó su madre el día de su boda, y antes de ella la madre de su madre. Por muchos años fue cuidadosamente guardado en el baúl, a la espera de este día. Ya han aireado las prendas policromadas que no se pueden meter en el agua, han lavado, almidonado y planchado con meticulosidad las enaguas múltiples, la camisola de encaje, el velo transparente y las otras prendas blancas del conjunto y ahora todo está listo para ella. Ella no llevará las joyas de plata bañadas en oro que llevó su madre en su día, ya que sobre la mesa están resplandeciendo bajo el sol de la mañana los collares, el anillo, los pendientes y las pulseras de oro puro y piedras preciosas, que su futuro marido le ha regalado para lucirlas este día tan especial.
Estará guapísima. A pesar de sus doce años, ya tiene el cuerpo formado de mujer. Sus amigas todavía parecen niñas frente a ella. ¡Cómo la van a envidiar esta tarde, cuando ella sea el centro de toda atención! ¡Cómo envidian ya su suerte, por casarse la primera de todas! ¡Y encima con este capitán tan rico, dueño de un barco que cruza el Mar Negro, y de la casa más grande del pueblo, llena de cosas traídas de todos los puertos de este mar inmenso! Ella va a convertirse en una gran señora, con criadas que harán las tareas más duras de la casa. Nunca tendrá que trabajar en los campos, como su pobre madre, que después de quedarse viuda  se las vio y se las deseó para criar a sus tres huérfanos.
Al novio no lo conoce bien, todavía. Lo ha visto sólo una vez, el día de la pedida de mano, y entonces entre muchos otros invitados. Cuando el cura les puso las alianzas él la había sonreído, felicitándola con un beso en la frente. La verdad es que le pareció muy mayor ─ después madre dijo que tiene los mismos años que tendría  su pobre padre, si viviera─  y  un tanto pavoroso, con su estatura grande, su cuerpo voluminoso y su voz honda y resonante. ¿Cómo iba a vivir toda su vida con él? Ha oído decir que los hombres hacen ciertas cosas a sus mujeres, para que ellas queden preñadas y les paran hijos. Había preguntado a su madre para que la iluminara acerca de eso, pero ella sólo le dijo que no debería preocuparse por nada, que su futuro marido la iba a amar mucho y que la iba a cuidar y proteger igual que un padre afectuoso. De todas maneras, había concluido su madre, ella tenía la obligación de obedecerle y complacer a su marido, porque eso era el deber de cualquier esposa buena. Pues, tendrá que esperar para ver lo que pasa. Para decir la verdad, ahora que la boda está tan cerca, las dudas la están atormentando: ¿Acaso podrá ella vivir, desde mañana mismo, en una casa ajena, sin su madre y sus hermanos, junto a este marido tremendo, entre gente hasta hoy desconocida?
Pero ya se escuchan las risas y las voces alegres de sus amigas que están llegando. Ya están a la puerta. ¡Debe olvidarse de los malos pensamientos y de sus miedos infantiles! ¡Éste es el día de su boda! ¡Ella es la novia! ¡Todas las miradas estarán puestas en ella! ¡Será la reina de esta noche! ¡Será la envidia de todas! ¡Seguro que su vida será feliz y bonita, como este pequeño arco iris que tiembla en la pared, formado por el reflejo del sol sobre las pedrerías de sus joyas preciosas!

(1949)
Ana está en su cama, pero los nervios no la dejan pegar ojo. Sería bueno si pudiera  echar una siestecita de media hora, ya que esta noche será larga. De todos modos va a descansar un rato. Estos últimos días, con las preparaciones, las compras, las visitas de los parientes y por encima su trabajo en el banco, han sido muy ajetreados, de verdad.
Parece mentira que por fin haya llegado el día de su boda, después de tantos años con Nicolás. Casi no se lo cree. Tuvieron que esperar mucho, de verdad. Primero fue la guerra, que estalló unos meses después de haberse conocido. Nicolás fue enlistado y partió para el  frente enseguida. ¡Qué meses fueron aquellos de la espera! Recibía su carta y mientras la leía no sabía ni siquiera si su hombre estaba todavía vivo... Después, cuando los alemanes entraron en Atenas, Nicolás pudo por fin volver. Durante la Ocupación, en los años del hambre y de la miseria general, su idilio había  florecido. La muerte acosaba por todas partes, pero ellos, ajenos a todo, aprovechaban cada oportunidad para estar juntos y vivir su amor.
Cuando por fin llegó la Liberación, ella había planteado por primera vez la cuestión del matrimonio. No diría nada, si no fuera por la presión constante de su madre, que siendo viuda con seis hijas tenía gran premura de casarlas a todas lo antes posible. Entonces Nicolás le había contestado que aunque no cabía duda de que ellos dos se iban a casar un día, aquel no era el momento oportuno. Tenían primero que asegurar su situación económica. "Ya veremos más tarde" ─había dicho─ "todavía somos muy jóvenes". Había añadido, después de un momento de hesitación, que en su familia esperaban que se casara primero su hermana mayor, y que él quería respetar aquel deseo de sus padres, que él mismo también lo consideraba lógico. Ella había aceptado su razonamiento. Por cierto, esa hermana suya ─buena persona, pero poco agraciada─  había tardado mucho hasta encontrar su hombre ideal. Por fin cosiguió localizarlo y hace ya dos años que se han casado.
Ellos se comprometieron inmediatamente después. Tenían previsto casarse al cabo de unos meses,  pero para entonces estalló la Guerra Civil, y Nicolás ─que había participado en la lucha de la Resistencia contra los Nazis como miembro de una organización de izquierdas─ fue detenido, junto a tantos otros demócratas, y después desterrado en aquella islita arrida en el medio del Egeo. ¡Otro tiempo durísimo para ella fue aquel! Corrían rumores de toda índole: Que los nacionalistas iban a hundir los barcos que llevaban a los demócratas a su exilio, o que los iban a matar al llegar allí, bajo cualquier pretexto. Gracias a Dios nada de eso sucedió. Al terminar la guerra, con la derrota total del Ejército Democrático, lo dejaron por fin libre, ya que no habían encontrado nada en contra de él, aparte de sus ideas políticas.
Ahora Nicolás ha iniciado su propio negocio, con un amigo como socio, y tienen muchas esperanzas para el futuro. Tan optimistas están que Nicolás ─seguramente apresurado por su familia, que es muy tradicional─ le había pedido que dejara su trabajo en el banco, ahora que se casaba. Desde luego, ella se negó rotundamente, y él tuvo que aceptar su determinación, aunque a regañadientes. Como profesa de ser tan progresista ─¡y feminista también!─ no le quedaba otra, que conformarse. Es verdad que ella tuvo que asegurarle que su casa, su marido y los hijos, cuando vinieran, iban a ser siempre su primera prioridad. Sería su responsabilidad ─había prometido─  de conseguir compaginar su papel de buena esposa y ama de casa con su trabajo.
Su vestido de novia está colgado en la pared. Es todo de seda fina, color marfil, y es precioso. Se lo regaló su suegra, que es una modista excelente, junto con el camisón de la noche de bodas que también es de seda blanca adornado con encajes finos. ¡Estará guapa esta noche! ¡Que bien ha hecho en comprarse esta corona de flores tan elegante, como complemento! La que le había prestado su cuñada no le gustó nada. No quería decírselo a Nicolás, porque seguro que él se reiría de su coquetería. En el último momento tuvo que pedir un préstamo a su compañera para pagarla, ya que el dinero que había ahorrado para la boda se había agotado con los gastos para la nueva casa. ¡Valió la pena! Devolverá el dinero prestado a su amiga el próximo mes. ¡Sólo una vez será la novia! ¡Tiene que estar espectacular!.
La hora se está acercando . En unos minutos van a aparecer sus amigas, y junto a sus hermanas irrumpirán voceando en la habitación para "despertarla" y vestirla. Ya tiene lista la maleta con las cosas que van a llevar al hotelito de las afueras, donde pasarán unos días de luna de miel. En la maleta está también aquella sábana bajera, que su suerga le ha dado para que la ponga en la cama matrimonial. Sonreía cuando se la entregaba, diciendo casualmente que a la mañana siguiente de la noche de bodas iba a enviar al hotel a Elena, su sobrina, para que se la llevara y se la devolviera a ella. Explicó, sin dejar de sonreir bondadosamente ─quizas con una pizca de ironía, piensa ahora─ que era la costumbre en su familia que se exhibiera la sábana de la primera noche de bodas, para que todos pudieran comprobar tanto la virilidad del novio, como la pureza de la novia. Ella se quedó tan asombrada, que se le había cortado el aliento. No fue capaz ni decir esta boca es mía. Por su parte Nicolás, que también estaba presente, le había echado una mirada  fugaz a ella, pero no dijo nada a su madre.
¿Qué iban a hacer con esto? Por supuesto, ella no es virgen. Nicolás fue su primer y único amante, eso sí, pero han tenido relaciones íntimas desde hace muchos años ya. Al principio ella había resistido su acoso continuo para que se dejara, pero pasado el tiempo tuvo que ceder, aceptando que eso era de todos modos lo normal. Cierto que Nicolás debía haberle dicho a su madre, en aquel instante mismo, ¡que guardara  su sabanita para otra ocasión y también que se fuera a freír espárragos! Debía haberle dicho que la virilidad del novio y la pureza de la novia les  importaba sólo a ellos dos y a nadie más. No tuvo los cojones para hacerlo. Parece tan hombruno, pero frente a su madre se convierte en un niño, sin voluntad propia. Seguro que esta noche, cuando ella le pregunte qué es lo que van a hacer con la dichosa sábana, él responderá que no le importa un comino, que si su madre tiene el vicio de examinar las sábanas de las noches de bodas que lo haga, que ellos no se van a molestar sobre eso.  Desde luego, la cuestión es si ella tiene el coraje de empezar su vida de casada causando un escándalo con su suegra. Si ella es capaz de enfrentarse a su suegra directamente. Sabe que no lo es. No valdría la pena, de todos modos. Mejor que meta ahora mismo en la maleta un alfiler, para agujerar su dedo mañana por la mañana. Dos gotas de sangre salvarán el día. Tiene que hacerlo ella, tiene que aguantar también eso, como ha aguantado ─tres veces ya─ aquel otro, aquello muchísimo peor, en lo que no quiere pensar ahora.
Ya se oyen voces. Sus hermanas deben de estar despertándose. Sus amigas estarán a punto de   llegar. Debe levantarse para empezar su aseo. Dentro de dos horas estará en la iglesia al lado de su hombre para empezar junto a él una vida nueva. Debe olvidarse de los malos pensamientos y tener fe en el futuro. Al fin y al cabo Nícolas y ella se quieren. Han podido mantener vivo su amor, a pesar de tantos reveses. ¡Van a ser felices! Ayer, mientras él la acompañaba a su casa, después de aquel aguacero repentino, vieron juntos un bellísimo arco iris que coronaba el monte Himeto. Él le había apretado la mano y ella sintió que ambos estaban pensando en la misma cosa: El arco iris es el símbolo eterno de las buenas esperanzas, como las que tienen ellos dos,  para su vida en común....

2010
Anastasia está acostada en la cama estrecha de su antigua habitación, en la casa paterna. Hace ya tres años que viven juntos con Panos en su propio piso, pero este mediodía ha venido aquí, para almorzar junto a sus padres, en su último día de soltera. Panos también fue a comer con sus propios padres.
La boda va a celebrarse dentro de dos horas allí mismo, o sea en el patio de la casa,  ya que en esta localidad tan pequeña no hay por el momento otro lugar adecuado para las bodas civiles. Normalmente éstas ceremonias se celebran en el despacho del alcalde, que es tan estrecho que aparte de él mismo no cabrían allí sino los novios y sus dos testigos. Afortunadamente fue el mismo alcalde  quien les propuso, por su propia iniciativa, que la boda se celebrara en la casa. Ellos no se atreverían a proponérselo, por mucho que mamá había insistido que lo hicieran.
¡Sería tan bueno si la boda pudiera celebrarse en el jardin, bajo el gran pino, como lo habían pensado! ¡Lástima que ya no puede ser! Con este diluvio que ha caído del cielo después del mediodía, la tierra está ahora empapada y llena de lodo. Menos mal que está el patio cubierto y recién pavimentado, para la ceremonia. Mamá lo ha decorado todo con arreglos florales preciosos. Claro que los invitados estarán un poco apretados, pero no importa, la ceremonia civil dura sólo unos minutos. Después irán al lugar donde se celebrará el banquete. Por suerte la gente del catering les han ofrecido esta solución de última hora, ya que las mesas y las sillas que ayer habían puesto en el jardin están ahora mojadas. Se podrían secar, por supuesto, pero no hay manera de que sienten a los invitados en el jardín, después de tanta lluvia. También la temperatura ha bajado considerablemente. Por la noche seguro que hará hasta frío.
Panos y ella habían insistido en seguir con los preparativos para hacer el banquete en el jardín, aunque todos los boletines estaban de acuerdo en que el tiempo ─caluroso  y veraniego hasta ayer─ iba a cambiar al mediodía de hoy, y que habría tempestades fuertes en toda la región de Atenas. Ellos no lo querían creer, y eso que habían visto los gráficos de la previsión de precipitaciones en la red, donde se veía una mancha oscurísima puesta exactamente sobre esta localidad del norte de Atenas. Como no había llovido ni una vez en los tres últimos meses, les parecía un chiste de mal gusto el que fuera a llover precisamente el día de su boda, que la habían imaginado celebrada con una fiesta alegre en el jardín de esta casa, bajo los pinos. Podría ser que se hubieran equivocado los meteorólogos, o que la lluvia se retrasara un poco, hasta terminada la fiesta...
No fue así. La ciencia una vez más ha acertado... Mamá apenas había llegado de la peluquería, cuando empezó a tronar y en unos minutos los cielos se abrieron. Llovía a cántaros. El nivel del agua subía rápidamente, amenazando con inundar el patio de un momento a otro. Mamá agarró una escoba, y lo mismo hicieron las dos tías que llegaron para la boda desde la ciudad de origen de papá. Hasta el mismo papá había cogido una escoba, más para ser inmortalizado en una instantánea, que para ayudar a remover las aguas. A ella la habían mandado para dentro, para que no se estropeara su peinado, ya que es la novia.
Apenas media hora había durado la lluvia. Poquito a poco escampó, salió otra vez el sol, iluminando el paisaje recién lavado. Mamá la llamó para que viera el arco iris resplandeciente, que formaba un hemiciclio casi perfecto, alrededor  del  cono de Penteli.
¡Era tan bello! ¡Ojalá que su vida con Panos sea semejante a aquel arco iris luminoso! Han estado juntos desde hace ya diez años. Los últimos tres viven juntos. Se quieren. Saben que su vida en común puede tener, a veces, momentos color malva,  momentos morados. También saben que puede tener momentos color de rosa, hasta algunos preciosos momentos dorados. Ahora, minutos antes de que se levante para vestirse de novia, piensa que cada experiencia que uno vive ─no sólo las buenas─, cada vivencia, tiene su mérito. La vida misma, con sus altibajos, los miedos, las esperanzas de cada uno, los entusiasmos, los desengaños, el esfuerzo cotidiano y obstinado contra las adversidades, las risas y también las lágrimas, es semejante a un arco iris: Tiene todos los colores, y si uno la  contempla  desde  una  distancia,  es  siempre  bella.


Tina Dugalí                                                                                                   Atenas, 18 de Mayo 2012

(Escrito para la tarea de clase: "Semejante a..." 

miércoles, 16 de mayo de 2012

SEMEJANTE A LA CRIPTA DE LA CATEDRAL



La analogía no sólo me conmovió sino que ha sido el móvil para dedicar estas líneas al poeta ,arquitecto y catedrático de Cálculo de Estructuras,Joan Margarit,que nos visitó recientemente aquí en Atenas.Según él,la catedral representa la cultura con todos sus adornos y riquezas mientras que la cripta, el lugar subterráneo donde se celebra el culto,representa la poesía:el lugar donde se escucha la voz del poeta ,donde se ve la realidad desnuda,donde no se necesitan ni los mitos ni los oráculos,donde nacen las palabras descifrables y humildes cargadas de la memoria y de la historia del hombre.A pesar de haber tardado casi cuarenta años en escribir en su lengua materna ahora posee las herramientas necesarias para iluminar su tristeza,beber de la realidad de la misma manera que lo hacia como niño,aquellos días que esperaba en el matadero de su pueblo para comprar sangre.La poesía no es un oficio.La poesía es un don y si lo cultivas,te lleva hacia adelante, te libera de la oscuridad de la cripta ,te ayuda  a vivir buscando consuelo en el dolor de las palabras,enseñándote el camino de vivir con la tristeza.
STELLA,15-5-2012. 

jueves, 10 de mayo de 2012

La que se queda (semejante a la ira)



Un mentiroso. Eso es lo que fue y Penélope estaba harta de esperar. Estaba enfadada, enojada, hasta las narices estaba de estar esperándole, de estar pensando en su ausencia, en su olor y en sus palabras.   Palabras mentirosas. Que el tiempo era relativo, le había dicho. Que volvería pronto. Que sabía que ella era una mujer fuerte que saldría adelante, por eso la amaba tanto. Mentiras. Siempre mentiras.El tiempo no era nada relativo y ella lo sabía muy bien. El tiempo era algo real, concreto, pesado e inevitable. El tiempo hacía que las pasiones se desvanecieran , que las palabras se transformaran y que los miedos agrandaran. El tiempo que pasaba dejaba huella en su rostro cada día. En su mirada cada día más lejana.El tiempo es relativo mi amor, volveré pronto, le había dicho y ahora ella podía ver todas las horas del día extenderse hasta la enternidad. Y él no estaba.Ya no tenía ganas de hacer nada. Su cuarto le pareció demasiado pequeño y le dolía la espalda después de tantas horas sentada frente al telar. Para tejer siempre elegía lana de color negro. O rojo como toda esta cólera que la mantenía viva.Le odiaba por todas sus promesas que la habían dejado inmóvil, incapaz de cambiar cualquier cosa. Sus palabras por las noches y su beso de despedida le habían hecho creer que podría parar el tiempo. Que podría mantener vivo algo que se fue. Pero en esta  lucha con el tiempo ella siempre era la vencida. Cada mañana que se despertaba miraba su rostro en el espejo y allí estaba la huella del tiempo. Un pelo blanco más en su cabello negro y esas líneas alrededor de su boca cada día más estrictas.Miraba al mar desde su pantalla y le inundaba una ira que hacía temblar  sus manos. Quería tomar unas tijeras e ir a cortar el mar en pedazos. Todo este azul asqueroso quería destruirlo, cortarlo, herirlo. Azul, verde, olas blancas, las gaviotas, las rocas húmedas. Todo en mil pedazos.Luego cavaría un agujero profundo en la tierra . En la tierra amada y sólida. La tierra fiel. Con sus colores tranquilos y calientes. Tierra que brillaba como oro. Allí dentro, muy adentro, enterraría todos los pedazos del mar. Imaginaba que con sus pies y con sus manos tiraría tierra en el agujero, lo llenaría hasta arriba con tierra que olía a lluvia. Luego, la pisaría con sus piernas desnudas hasta que se extendiera por todas partes. Borraría todo lo azul. Y después agotada del cansancio dormiría encima de su tumba peculiar, tranquila por fin y bella como nunca, bella con sus grandes pestañas y su pelo negro hasta la línea oscura de tierra escondida debajo de las uñas de sus manos.Penélope siempre amaba a la tierra. Amaba su fidelidad y su coherencia. Y Ulises siempre tenía esta inmadura y urgente pasión por el mar y lo desconocido.

Artemis, 10 de Mayo de 2012 ( Texto escrito para la tarea de clase ´semejante a...´)  

SEMEJANTE A LA VIDA....


“Yo,que soy el tiempo,la sangre y la agonía.”J.L.Borges.
“La vida no es buena ni noble ni sagrada”.F.G.Lorca.
SEMEJANTE A LA VIDA…
Lloraba el niño en la playa,
su llanto inútil llevaban lejos las olas,
desolada su alma y su esperanza ahogada,
perdió su juguete entre las espumas,su pequeño tiburón.
Lloraba el niño en la arena,
su vida,sembrada de maravillas,
igual que el agua,se le escapaba
dentro de su red de pesca de un tirón.
Lloraba el hombre como el niño,
escaso de espacio, prisionero,
quería conocer todos los mares
pensaba entonces que tenía razón.
En busca de goces y de amores,
navegaba sin rumbo hacia la nada,
semejante a la vida sus andanzas,
inexplicables sus leyes,sus pasos,su resbalón.
Llora el hombre como un niño,
todo lo pierde, todo es olvido,
semejante a la vida su castigo,
le ha fallado otra vez su decisión.
Stella,5-5-2012.